CARLOS GARDEL - "El bronce que sonríe"

Cierto día dijo Gardel : “Nací en Buenos Aires, Argentina, a los 2 años y medio”, en clara alusión a su llegada al país, el 11 de marzo de 1893 a bordo del vapor “Dom Pedro”. Provenía de Tolouse – Francia, ciudad en la que había nacido el 11 de diciembre de 1890, cuna de trovadores, músicos, artistas y compositores famosos, situada en el “Midi-Pyrénneés” francés. ¿ Quien podía pensar entonces que la voz de ese niño, llegaría con el tiempo a constituirse “en patrimonio de la humanidad”?

domingo, 7 de marzo de 2010

GARDEL EN PEHUAJÓ



Sucedió un 18 de diciembre de 1918

En la ciudad de Pehuajó, el dúo Gardel – Razzano con su guitarrista y la orquesta de Roberto Firpo, desarrollaban una serie de exitosas audiciones. (Ver Miguel Ángel Morena – pág.59)

En su libro “CARLOS GARDEL y la raíz de mi genealogía” (Página 39), dice la señora Elena Irene Gardes “Seguramente a oídos de Carlitos había llegado el rumor de que familias Gardes habitaban en la zona pampeana.

Así llegó el año 1918 cuando el ya llamado Morocho del Abasto, fue a la quinta de don Luciano Gardes - casado con Benigna Suárez – en Fortín Olavaria, cerca del pueblo de América, actual partido de Rivadavia”

Esta curiosidad, muy propia de nuestro querido Carlos, no fue una curiosidad más, sino su deseo de tener noticias sobre posibles parientes, como lo hizo luego y siempre.

Este pequeño gran detalle, respecto a la actitud de nuestro Zorzal frente a una persona apellidada GARDES, lo pinta de cuerpo entero y jamás fue repetida ante otra portadoras de otros apellidos, esos que mucho después ciertos irresponsables personajes, pretendieron colgarle de su cuello.

Lo sucedido no fue una casualidad y SÍ una evidente y precisa circunstancias derivadas de ser él, Charles Romualdo Gardes.

Saltan a la vista pues, dos hechos que se encadenan perfectamente. Por un lado lo relatado por Miguel Angel Morena y por el otro el episodio que cuenta en su libro, Elena I. Gardes.

Es evidente que Carlos, ya en los primeros años de sus éxitos, se sintió atraído por la existencia de personas que llevaban su mismo apellido y fue entonces a saciar su curiosidad, en la quinta de Luciano.

No está claro que sucedió en la entrevista, pero lo importante es saber que el suceso se produjo y que Carlos siempre tuvo bien presente su pasado y origen.

Siempre se dijo que con los años, a Gardel le habrían de aparecer distintos tipos de personajes, pretendiendo ser sus novias, hijos, etc., etc. ¡Todo trucho!”

Ahora agrego yo, también aparecerán – como él mis mismo lo cantó - “caras extrañas” que pretenden engañar a la gente, con fábulas maquiavélicas creadas por acérrimos chauvinistas y otros un poco menos “patrioteros”, pero igualmente tanto o más peligrosos que los anteriores.

Para cumplir en un final de hacha y tiza, deseo expresar el recuerdo de haber leído hace tiempo, lo siguiente:

Dice Arturo Jauretche "A Gardel y Razzano los conocí en mi pueblo, Lincoln, cuando cantaban en el bar San Martín"
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José Pedro Aresi


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